Es una propuesta del Colectivo de Educadores IDENTIDADES. Incluimos relatos breves que nos ayudan a pensar sobre los mundos que construimos, con sus múltiples matices, sus diversas voces, sus conflictos. Cuentos, poesías, refranes, canciones,etc., etc. con sabiduría, sobre la cultura, la naturaleza, con el NOSOTROS que queremos construir. Esperamos hacerlo crecer junto a ustedes y con ustedes. . .

Este espacio surgió con el proyecto educativo de extensión comunitaria "IdentidadeS, Historias, Memoria colectiva" que realizamos entre el 2008 y 2010 en el ISFD N°96 ( Normal Nº 1)
Para conocer, dudar y quedarnos pensando a través de palabras e historias que nos entralazan.
Somos educadores y estamos en la ciudad de La Plata -

martes, 21 de agosto de 2012

Cuando San Pedro viajó en tren

de Liliana Bodoc   
(versión acortada para su narración por Adriana De Blasis)




Todo estaba listo para que el tren iniciara el largo viaje. Algunos pasajeros sonrieron, otros ocultaron lágrimas detrás de las manos que decían "adiós", "hasta pronto", "no te olvides de mi", "voy a volver cuando el trigo madure"; el silbato hablo su idioma y el tren partió...
Nicanor tenía 9 años y era su primer viaje, para Ofelia, su mamá, también.
Ofelia nació, creció, se enamoró y casó en ese pueblo. Después nació Nicanor. El pueblo se llamaba San Pedro. Un lugar pequeño y enorme al mismo tiempo. Pocas casas y muchos árboles, pocas calles y muchos arroyos, pocos autos y muchos pájaros. Un pueblo al que la dentadura de la gran ciudad le comía las orillas. Y le arrancaba pedazos enteros de tierra sembrada y florecida. San Pedro se cansó.
Entonces sus hombres y sus mujeres tuvieron que partir a buscar suerte en otros sitios.
Eso hizo el padre de Nicanor, llegó a la gran ciudad y encontró trabajo. Y quiso que Nicanor y Ofelia estuvieran a su lado.
Ofelia abrió la canasta con alimentos -vamos a comer y vamos a dormir- O dicho en otras palabras "No debemos llorar".
Cuando su madre se durmió, Nicanor miró para todos lados y empezó a caminar en dirección a la locomotora, y pensó - La locomotora es el lugar más alejado de San Pedro-.
Un tren es un túnel que avanza, un tren es siempre un misterio. Los otros pasajeros también dormían en su mayoría. 
Finalmente Nicanor llegó a la locomotora, el lugar prohibido para los pasajeros. Cuando el guarda le preguntó que hacía ahí, Nicanor explicó que se estaba alejando de San Pedro, que su madre estaba durmiendo para no llorar.
!Ah....!!Ah.....! El guarda acababa de entenderlo todo. 
Con razón el tren pesa demasiado y avanza lento - dijo. Y agregó- A veces viajan personas como vos y tu madre que llevan su pueblo entero como equipaje, y aunque el tren es fuerte no puede cargar con un río, campos sembrados, amaneceres, un sol y un cielo. Por que las personas como uds. llevan hasta el cielo de su pueblo. Aquel hombre tenía razón y pensó pedir disculpas por llevar tantas cosas en un tren. Antes el guarda le explicó, cada vez que vengas de visita te vas a ir  llevando menos cosas, un día dejan el amanecer, otro el rio o el sol, hasta que con el tiempo solo llevan la ropa de sus valijas. Nicanor supo que en esta ocasión el guarda se equivocaba.
Los años y los trenes siguieron pasando....y ahora Nicanor y su nieto eran los pasajeros del tren. Todo estaba listo para la partida "Adios" "Voy a volver cuando el trigo madure" El silbato hablo su idioma y el tren partió.
Muchas veces Nicanor y su nieto hicieron ese viaje ida y vuelta a San Pedro.
Los guardas protestaban siempre al verlos subir, porque entonces el tren se ponía pesado y avanzaba lento.
Es que Nicanor siempre se llevó consigo el pueblo entero. Con río, campos, amaneceres.
Con cielo y todo.
 



 
 

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