martes, 8 de septiembre de 2009

Sopa

Acá va otro texto de Elisa Araujo que en estos días lluviosos hace agua la boca. Tiene que ver con recuperar la pasión por hacer uno mismo el alimento en lugar de comprar una mezcla química en un sobre o cubito. Es parte de la cultura que no queremos olvidar.

Sopa
La totalidad es mucho más que la suma de las partes.
Tenés un líquido ligeramente salado, con algunos fideítos flotando por ahí, pequeños trocitos de verdura, quizás zapallo y un poco de apio, a veces puerro o un toque de ajo. Ingredientes varios que se agregan a una olla de agua y que descansando al calor del fuego traban relación.
Si primero hubo un hueso o algo de carne, usamos entonces la famosa “espumadera” cuya función, que le dio nombre, ha caído en el olvido en la era de las sopas en cubitos, latas o sobres. Y como decía, los sabores, al calor del fuego lento, se van amigando y cada uno cediendo algo de su más recóndito ser.
Las sopas “artesanales”, por llamarlas de alguna manera, “fatto in casa”, o de modo tradicional, tienen una individualidad tan diversa que ni siquiera son iguales a sí mismas.
A veces pongo la olla al fuego mientras voy lavando y picando la verdura y el sabor depende del calor que toma el agua a medida que voy echando los trocitos de cebolla, zanahoria, morrón o zapallo. Según la frescura y origen del apio, si hay batata y si es buena, si le agrego ese día unas hojas picadas de espinaca. A veces no tengo ganas de picar todo y solo lo corto en rebanadas. Luego con el casi olvidado utensilio llamado “prensa puré” o “pisa papas” desmenuzo todo para darle una consistencia diferente, una mayor interacción a toda esa congregación de ingredientes. Elegir luego un buen queso, mantecoso o de rallar, quizás un poco de crema, abre todo un nuevo mundo de posibilidades.
A la hora de servirla a veces escojo un bols, a veces un tazón, a veces los antiguos platos hondos, pero siempre la humeante totalidad es apreciada en casa por chicos y grandes, adolescentes y ancianos, por despertar papilas y recuerdos y calentar el cuerpo y el alma.

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