lunes, 19 de octubre de 2009

Reflexiones de Marta Tomé [primera entrega]

Empezamos a compartir con ustedes reflexiones de Marta Tomé en torno al sentido de las narraciones y sus posibles lecturas. En esta oportunidad, nos invita a repensar el cuento de "Pulgarcito":
Creo que los cuentos y las leyendas son las formas orales privilegiadas que encontró la humanidad para transmitir a las nuevas generaciones los hechos importantes que vivían y
las respuestas que provisoriamente se daban a sus interrogantes.
Es apasionante ver cómo permanecen a lo largo del tiempo muchos relatos. No hay más remedio que preguntarse cómo, en qué circunstancias nacieron, y en qué se parecen a las actuales para que tengan vigencia.

Tanto Pulgarcito como Hansel y Gretel están asociados al hambre (y a la competencia por el alimento)... ¿Habrán nacido en el contexto de las grandes hambrunas de Europa?
Pulgarcito era el menor de 7 hermanos que "escuchó" la intención del padre (y los resignados lamentos de la madre) de abandonarlos a la mañana siguiente en el bosque. No se perdieron en el bosque, fueron abandonados. La primera vez logra regresar con sus hermanos llevando piedritas, pero la segunda vez no puede más que llevar las migas de pan, porque el padre le cierra la ventana para que no pueda buscar piedritas. Es un cuento durísimo.
Pero después sigue... la casa que encuentran para refugiarse es la de un ogro que come de todo, también chicos, y la mujer sigue siendo bivalente: les avisa cómo es su marido, los deja refugiarse; pero cuando la trampa del cambio de sombreritos hace que el ogro confunda a sus 7 hijas con los 7 chicos y las mate; la mujer llora la muerte de las ogrecitas y sigue con el marido hasta el final. Igual que la madre con el padre.
Y Pulgarcito insiste, vuelve a la casa, y ahora con lo que él lleva alimenta a toda la familia.
Parece que "comprende" más que "perdona" a sus padres. A mí me resulta durísimo pensar en esa realidad.

(continuará...)

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