Es una propuesta del Colectivo de Educadores IDENTIDADES. Incluimos relatos breves que nos ayudan a pensar sobre los mundos que construimos, con sus múltiples matices, sus diversas voces, sus conflictos. Cuentos, poesías, refranes, canciones,etc., etc. con sabiduría, sobre la cultura, la naturaleza, con el NOSOTROS que queremos construir. Esperamos hacerlo crecer junto a ustedes y con ustedes. . .

Este espacio surgió con el proyecto educativo de extensión comunitaria "IdentidadeS, Historias, Memoria colectiva" que realizamos entre el 2008 y 2010 en el ISFD N°96 ( Normal Nº 1)
Para conocer, dudar y quedarnos pensando a través de palabras e historias que nos entralazan.
Somos educadores y estamos en la ciudad de La Plata -

lunes, 7 de mayo de 2012

Versión adaptada de “La historia de las preguntas”
Relatos del Viejo Antonio ( Escritos del Sub comandante Marcos)  CIACH. México. 2007

   Cuando los primeros dioses hicieron el mundo y todavía estaba dando vueltas  la noche, dos dioses llamados Ik’al y Votán se pusieron a hablar. Dos que eran uno sólo. Cuando se volteaba uno, se mostraba el otro, y volteándose el  otro  se mostraba el uno.
   Eran contrarios. Uno era luz, como mañana de mayo en el río. El otro oscuro, como noche de frío y cueva. Eran lo mismo. Eran uno los dos, pero el uno hacía al otro.
Pero no caminaban, quedando estaban sin moverse estos dos dioses que eran uno. ¿ Qué hacemos, pues ? Preguntaron.
“Está triste la vida así como estamos”, se decían tristeando..
“No pasa la noche”,  dijo Ik’al.
“No pasa el día”,  dijo el Votán.
“Caminemos”-, dijo el uno que  dos era.
“¿Y cómo ?”  preguntó el otro
“¿Para dónde? “preguntó el uno.
Y al preguntar  ¿cómo?, vieron que se movieron un tantito así, y luego otro más al preguntar ¿dónde?.
   Contento se uso el uno que era dos cuando vio que se movían. Quisieron los dos moverse al mismo  tiempo pero  no pudieron ¿ cómo hacemos,  pues?
Y se asomaba uno primero y luego  el otro y se movieron un poquito más y se dieron cuenta que se hacía primero uno y otro después , entonces sí se movían , y  se pusieron de acuerdo que,  para moverse primero se mueve el uno y luego se mueve el otro. Y empezaron a moverse. Y ya nadie se acuerda qué primero se movió para empezar a moverse por que estaban tan contentos que ya se movían y ¡¡¿ qué importa quién fue primero si ya nos estamos moviendo ¡! ? decían  los dioses que uno mismo eran. Mientras se reían sacaron el primer acuerdo  que fue  hacer baile. Y se bailaron, un pasito el uno, un pasito el otro y tanto se demoraron en el baile por lo contentos que estaban de haberse encontrado.
Cuando se cansaron de tanto baile sacaron la primera pregunta ¿ cómo moverse ? y trajo la respuesta de “juntos pero separados de acuerdo”. Pero esa pregunta  mucho no les importó porque cuando se dieron cuenta, ya estaban moviéndose y entonces se vino la otra pregunta cuando descubrieron que había dos caminos: uno era muy cortito que ahí nomás llegaba y se veía cerquita donde terminaba. Y era tanto el gusto que tenían por caminar que acordaron en tomar el camino largo.
Elegir el camino largo les trajo otra pregunta ¿ adónde lleva este camino? Tardaron en pensar la respuesta los dos que era uno. De pronto se dieron cuenta que sólo si caminaban el camino largo iban a saber dónde llevaba. T entonces se dijeron el uno que dos era: “Pues vamos a caminarlo” Pero ahí nomás se preguntaron “ ¿cómo haremos para caminar mucho tiempo? ” , se quedaron pensando. Y al rato Ik’al dijo clarito que el no sabía caminar de día y Votan que él de noche tenía miedo de caminar. Y así quedaron llorando un buen rato. Recién cuando terminó la chilladera se pusieron de acuerdo y vio  Ik’al que bien podía caminar de noche y Votan que él podía durante el día.
     Desde entonces los dioses caminan con preguntas y no paran nunca, nunca se llegan y se van nunca.   Y entonces así aprendieron los hombres y mujeres verdaderos que las peguntas sirven para caminar, no para quedarse parados así nomás. Y desde entonces los hombres y mujeres verdaderos para caminar preguntan, para llegar se despiden y para irse saludan. Nunca se quedan quietos.