Es una propuesta del Colectivo de Educadores IDENTIDADES. Incluimos relatos breves que nos ayudan a pensar sobre los mundos que construimos, con sus múltiples matices, sus diversas voces, sus conflictos. Cuentos, poesías, refranes, canciones,etc., etc. con sabiduría, sobre la cultura, la naturaleza, con el NOSOTROS que queremos construir. Esperamos hacerlo crecer junto a ustedes y con ustedes. . .

Este espacio surgió con el proyecto educativo de extensión comunitaria "IdentidadeS, Historias, Memoria colectiva" que realizamos entre el 2008 y 2010 en el ISFD N°96 ( Normal Nº 1)
Para conocer, dudar y quedarnos pensando a través de palabras e historias que nos entralazan.
Somos educadores y estamos en la ciudad de La Plata -

martes, 30 de octubre de 2012

La piedra de hacer sopa (cuento popular)

Hacía varios días que Juan el caminante recorría caminos sin comer nada, pero nada de nada. Brotaban de la panza vacía suaves lamentos de hambre.
-¡Calmate pancita! Ya encontraremos algo para comer…- le decía palmoteándosela cariñosamente.
Pensó que le convenía volver a donde vivían sus parientes, tíos, hermanos, abuelos…
Ni bien llegó a ese lugar  se fue a la casa de la tía Eduviges la rezongona
-¿Qué querés Juan tanto tiempo?
- Un poquito de comida, tía
-¡No tengo ni para el perro! - le dijo la tía y le cerró la puerta en las narices porque era muuuuuy rezongona.
Entonces Juan el caminante se fue a la casa de otra tía, Eleonora-Digo Mentiras
-Hola Juan ¿Qué andás haciendo vos por acá?
-Hola tía, ando buscando un poco de pan, la panza me hace ruido
-¡¡No tengo!!- dijo Eleonora la mentirosa y también cerró la puerta.
Después fue a la casa de la abuela Ángela que lo abrazó muy fuerte y se puso muy contenta pero tampoco tenía nada para comer, porque eran muy pobres.
Llegó a la casa de sus padres y estaban preocupados y también tenían ruidos en la pancita.
Entonces Juan pensó que tenía que encontrar otra solución. Pensó, pensó y pensó mientras caminaba de un lado hacia otro con los ojos fijos en la punta de sus zapatones viejos de polvo.
Fue entonces cuando sin querer, pateó una piedra redonda, pulida y brillante. La alzó la miró y tuvo una IDEA.
Con paso muy firme se acercó hasta la casa de unos vecinos, golpeó la puerta y salió Mariquita “Soy muy curiosa” y abrió; no lo reconocía tanto tiempo que había pasado y le preguntaba
-¿Quién es usted? ¿De dónde viene? ¿Qué quiere?
- Soy Juan, Doña Mariquita, y quiero probar las virtudes de esta extraordinaria  piedra que traje del lejano y Misterioso Oriente. SIRVE PARA HACER SOPA.
-¡Pero qué maravilla Juancito, pasá que nos viene muy bien porque justo hoy no tenemos nada para comer!
Juan entró. Minutos después una enorme olla cargada con agua reposaba sobre el fuego, y en su interior, redonda, pulida y brillante, la mágica piedra de hacer sopa.
-Consiga unas papas Doña Mariquita- pidió Juan al cabo de un rato.
Doña Mariquita fue a la casa de la tía Eduviges la Rezongona, que le dio unas papas que pusieron a ¡la olla!.
-Consiga unas zanahorias y cebollas-
Doña Mariquita fue a casa de la tía Eleonora “Digo Mentiras” y volvió con dos zanahorias, una cebolla que también fueron a parar a la olla!


Ilustración de Cos para el cuento “Sopa de piedras”, del libro Mitos, cuentos y leyendas de Latinoamérica y el Caribe (Buenos Aires, Aique Grupo Editor / Bogotá, Babel Libros, 2007).

Y así, primero una cosa, después otros ayudaron con  un nabo, con una cebollita de verdeo, un choclo, la cosa se fue armando;p
erejil, repollo, apio, y hasta porotos que, claro está, traía Doña Mariquita  de la casa de los vecinos (algunos eran de la familia de Juan).
 Intenso  aroma a SOPA RICA  comenzó a invadir la cocina, los cuartos, salió por la ventana del comedor y  recorrió  las calles del pueblo.
Doña Eduviges, Doña Eleonora, la abuela Ángela; los padres y hermanos de Juan y muchos más se acercaron despacito, despacito, atraídos  por el olor…
-¡VIENEN PARA COMER!!- exclamó preocupada Doña Mariquita.
-¡QUE VENGAN NOMÁS! ¡Hay sopa para todos, gracias a que muchos colaboraron con lo poquito que cada uno tenía en la casa.
Y así fue. Todo el pueblo probó la deliciosa sopa y hasta el perro de Doña Eduviges pudo comer aquel día.
Cuando el festín terminó, Juan el Caminante emprendió su viaje. Pero eso sí, dejó como recuerdo la mágica piedra.
-Con ella nunca más pasarán hambre- les dijo antes de marcharse.
-¡GRACIAS JUAN! ¡GRACIAS POR LA PIEDRA DE HACER SOPA.
Juan se fue perdiendo hasta ser solo un puntito al final del camino. No estaba triste por haber regalado su piedra. ¡Total! en Cualquier  Parte se podían encontrar piedras como aquella, redondas, pulidas, brillantes y ¡Mágicas!

Tío Néstor cocina los viernes, de Silvia Schujer

En mi casa somos muchos. Entre chicos y grandes llegamos a diez. Mi abuela y mi abuelo, mis padres, el tío Néstor (que se quedó  sin trabajo y no le alcanza para vivir solo) y nosotros: mis cuatro hermanos y yo.
En casa todos hacemos algo, quiero decir, además de estudiar o trabajar (o buscar trabajo, como mi tío Néstor).
Tenemos tareas fijas: las personales y las familiares. Las personales son las que cada uno hace para sí mismo como ser tenderse la cama, lavarse la ropa chica o ponerse los cordones en las zapatillas. Las familiares, en cambio, son las que cada uno tiene que hacer para los otros. Mi abuela —por ejemplo— cocina. Mi papá lava los platos, mi mamá limpia, el tío Néstor plancha, yo pongo la mesa, etcétera.
Nuestra organización es perfecta, como se ve. Hoy, sin embargo, tenemos que resolver un problema. Un serio problema familiar.
Resulta que el tío Néstor, muy agradecido de poder vivir en casa, pidió que lo dejáramos hacer para la familia algo más que planchar (eso le parecía poco), y como a nadie se le ocurría qué decirle, él mismo eligió su quehacer: se puso de acuerdo con la abuela para preparar la comida una vez por semana y desde entonces cocina los viernes. De esto, ya va para un mes.
Al principio la idea nos pareció genial. Que el tío Néstor cocinara los viernes le daría un descanso a mi abuela de manera que no había razón para oponerse. Hasta que llegó el primer viernes, claro, y empezamos a cambiar de opinión. El pobre confundió la sal con el azúcar y sirvió un puré de papas tan dulce que casi se vuelve merengue. Para no ofenderlo hicimos lo posible por tragar esa pasta y el tema no fue más allá.
El viernes siguiente la cosa se puso mas seria. El tío confundió las ciruelas con los tomates, las piedritas del gato con el arroz, las lentejas con los granos de pimienta y cuando probamos el guiso ¡páfate! Mi abuelo se desmayó.
La cosa se fue agravando hasta que ayer a la noche pasó lo peor. En vez de orégano el tío puso yerba en la pizza y cuando mi mamá la mordió tuvo que ir corriendo al baño y no pudo salir hasta hoy.
Ahora estamos todos reunidos —menos el tío— pensando qué trabajos ofrecerle en la casa para que no se deprima. Vamos a decirle que lo necesitamos mucho para otras tareas así vuelve a cocinar mi abuela. La mejor idea que tuvimos hasta el momento es proponerle que elija buena música para escuchar cuando comemos. Sobre todo a la noche. Otra posibilidad es encargarlo de las flores, que siempre haya un jarrón sobre la mesa. O de los chistes, que a él tanto le gusta contarnos. Aunque ahora que lo pienso no hay nada como la verdad: ¿qué tal si le decimos que nos encanta que viva con nosotros? Pero eso sí: que se haga ver de la vista, ¿no? O se consiga unos anteojos.

sábado, 27 de octubre de 2012

EL YARAVI (Leyenda salteña)




Chasca Ñaui era la hija menor de un matrimonio quichua que vivía en una tribu, entre montañas del norte. Era una niña todavía, cuando un día oyó hablar de las virtudes de una laguna que se encontraba cerca de allí. Decían que la doncella que se bañara en sus aguas, encontraría el marido anhelado.
Chasca Ñaui creció, transformándose en una hermosa joven y entonces deseó, como las otras jóvenes de la tribu, tener a alguien que la amara.
Una mañana, cuando los amancays y las retamas perfumaban el aire con sus flores, la joven decidió ir a la laguna y emprendió el camino. Cuando llegó, se quitó la túnica de combi y poco a poco se fue sumergiendo en el agua con la esperanza de encontrar a su compañero.
De pronto, el lejano sonido de una quena le advirtió que alguien se acercaba. Salió de la laguna, se puso su túnica ciñéndola a su cintura con una faja de vivos colores, calzó  sus pies con ojotas de cuero, arregló sus cabellos y los adornó con flores silvestres.
La voz de la quena sonaba cada vez más fuerte y una dulce esperanza florecía en Chasca Ñaui. Se sentó sobre una piedra cerca de la orilla y esperó. Por detrás de unas matas de chañar vio venir en su dirección, a un joven apuesto. Tocaba la quena como nunca lo había hecho nadie en el lugar ; su música llegaba a los oídos de Chasca Ñaui como un suave canto de amor.
Al verse, inclinaron sus rostros sonrientes en ademán de saludo, y Hayri, que así se llamaba el muchacho, quedó prendado de la joven.
Desde ese momento se vieron repetidas veces, hasta que Hayri, seguro del profundo cariño que sentía por Chasca Ñaui, le pidió que fuera su esposa. Poco tiempo después se casaron y comenzaron a vivir felices en una cabaña próxima a un bosque.
Un día el sol se ocultaba detrás de los cerros y regresaban los dos de una visita a la laguna, inesperadamente se les interpuso en el camino un jefe español, acompañado de sus soldados. Pertenecían a las huestes de españoles que habían despojado a los incas de sus tierras. El jefe español, impresionado por la belleza Chasca Ñaui, la obligó a seguirlo.
Inútiles fueron los esfuerzo de Hayri para que no se la llevaran, pero los soldados azotaron al muchacho hasta dejarlo desvanecido. Cuando despertó, comenzó a buscarla sin tener en cuenta distancias ni peligros, pero jamás la encontró.
Desesperado optó por ir a la laguna. Allí pasaba las horas y los días tocando su quena ; cada nota iba reviviendo todo lo que había sucedido desde el momento en que vio por primera vez a la joven. Poco a poco el canto de la quena se fue haciendo más triste, hasta fijarse en una única melodía que reflejaba todo el dolor de su alma. Su vida se fue apagando, pero su quena sólo se calló cuando dio el último suspiro.
Mucho tiempo después, un joven indio encontró la quena, cuando se dispuso a tocarla, del instrumento sólo brotaba aquella triste melodía que creara Hayri antes de morir. Al escucharla en la tribu, todos recordaron a la pareja :

"Dos amantes palomitas
 penan, suspiran y lloran 
   y en viejos árboles moran
                a solas con su dolor"
Así nació el yaraví. Cantar que expresa el dolor producido por una pena de amor

 Glosario :
 Yaraví : cantar que expresa el dolor producido por una pena de amor.
Chasca Ñaui : ojos de lucero.
 Hayri : veloz
 Combi :  tela fina de vicuña

martes, 18 de septiembre de 2012




 La hora se nos pasó rapidísimo y muchas otras historias quedaron sin contar, pero estamos seguros de que surgirán en la próxima ronda y seguirán enriqueciendo.Añadir leyeda


“Yo me mudé con mi familia. Sentía alegría y pesares. Alegría y entusiasmo por conocer la otra casa a fondo. Pesares, porque tenía que dejar atrás a mi casa anterior, en donde muchas veces jugaba en el basto espacio del patio, donde me gustaba mojarme cuando hacía lluvia, donde haciamos  pan en el hornito que teníamos en el patio, donde podía ayudar a mi papá a sembrar o cosechar, donde tantas veces hacíamos renegar a mi mamá..."Karen




" Yo me mudé a Uruguay . . . a los 9 extrañé a Argentina porque acá se quedó mis hermanos y mis tías cuando nos volvimos a la argentina nos esperaron con una sorpresa . . .  " Juan Cruz

" . . . .Desde chiquita yo vivía en la casa de mi abuelo . . . . Donde vive Sabina, al fondo hay dos casas, una casa estaba abandonada, le faltaba construir. Arturo, un día lunes fue a visitar a Sabina, después salió a comprar y vio la casa abandonada. . . . Arturo lo va haciendo de a poquito porque él trabaja de lunes a viernes, sábado y domingos no trabaja, en esos dos días va acelerando de a poco a poco y hasta ahora vamos terminando y así fue mi  mudanza . . . "
Frente a la propuesta de que contaran historias que implicaran acuerdos con otros y hacer cosas junto a otros, primero un chico y  luego una chica tomaron la palabra y contaron vivencias familiares que les tocó vivir muy fuertes y rescataron la importancia de estar unidos junto a sus hermanos y hermanas . . 

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lunes, 3 de septiembre de 2012

Proyecto "Los hilos que nos tejen "


Nos tejen los hilos de nuestras miradas cuando se encuentran en el aire.
Nos tejen los hilos de nuestra memoria, cuando nos encontramos en el camino  y sentimos que ya lo hemoS recorrido juntos.
Nos tejen las palabras, nos atraviesan, nos enredan, nos desarman,nos reflejan,  nos acercan, nos anudan.

Porque . . . .
                             en las palabras nos reconocemos, con ellas construimos mundos que habitamos.
Ya no somos desconocidos, con ellas se arrullan  los lenguajes, se despiertan los acentos, se enhebran las historias.

Hace pocos meses, coordinamos desde el equipo IDENTIDADES  en la escuela primaria N° 37 de La Plata un proyecto educativo centrado en la diversidad cultural. Con maestros, alumnos y  la participación imprescindible del  grupo de "Narradores Sociales"  pusimos en marcha el proyecto educativo "LOS HILOS QUE NOS TEJEN".

En sucesivas entregas, subiremos fotos de nuestras "Rondas de palabras", compartiremos las historias que los chicos  escriben y  las narraciones que  van contando las narradoras durante éste proyecto.
                                                                                                           ¡Aquí van !!
 

martes, 21 de agosto de 2012

Cartas


México, abril 1977

Tía Luli. 

Te escribo para contarte que hace un mes nos mudamos a un departamentito a tres cuadras de una plaza que se llama “La plaza de las Tres Culturas”. La ciudad es muy grande y rara porque hay casas que parecen muy viejas y otras recién hechas. Me encantaría subir las escaleritas de la plaza pero la tienen cercadas con unas rejas. Si venís vamos a saltarlas para subirnos.
Hay días en que mamá se pone triste y yo también. Extraño a Camila, a Juliana y a Marisa..,¿te acordás de ella?, tiene toda la cabeza roja, le decíamos “La colo”. Sabes que me parece que los papás de La Colo se fueron algún sitio porque antes de venirnos ya no estaban. Sí llegaras a ver alguno de mis amigos deciles que me pasen la dirección para contarles cómo es la escuela acá y las cosas que comemos (¡Ah!, son bastante picantes).
Todavía no salimos a pasear. Pero sí fuimos a las librerías. Yo me canso, pero no me queda otra.
Me enteré que la abuela quiere venir. Decile que estoy juntando unas monedas que son doradas y superchiquitas en pesos mexicanos, y que voy a tener muchas para darle. La abuela es una genia buena que cuida al pompi. Lloré muchos días por él y me da vergüenza contar esto.
Tía, espero que sigas en la escuela y que me avises sí tenes novio.
Acá las chicas son muy bajitas –al lado mío- y los chicos también.
Bueno ya no sé más que contarte. Un abrazo a la nona. Chuik! Chuik!

Yoli *

Pdta: Mami cuenta que cuando salimos de Argentina el cielo estaba negro. Siempre dice lo mismo. Y después no quiere hablar ni de papi ni de mi abuelo Luis.

* 11 años

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Estocolmo, 3 de diciembre de 1982.

María Paula:

Hace rato estaba por escribirte. En tu última carta me contaste lo de la guerra y quedé preocupada aunque sabiendo que algo se puede hacer. Me encantó lo que dijiste sobre las cartas y la colecta de la escuela. Mi papá y mi mamá dicen que eso es jugar con la gente y se enojan muchísimo pero a mi me parece que está bien hacer algo por los otros.
El lunes que viene es mi cumple y no sabes como me gustaría que estuvieras acá. A propósito, hay un tema de un grupo que se llama Pink Floyd que dice exactamente esto: “Me gustaría que estuvieras acá” medio romántico, ¿te gusta lo romántico?

Al fin!!!! Terminé las clases!!!! Aquí es terrible la exigencia. Además me sigue costando hablar sueco, un montón. Hay un poeta famoso –Ekelof- con el que me están enseñando particular. Así es más estimulante. Te digo Pauli me gusta bastante lo que es poesía, además es “verso” eso de que siempre tiene que rimar todo con todo.
Química, deportes y los acentos siguen en la lista de problemáticas. Ah! Mis compañeros, los de mi curso, ninguno tiene hermanos, ¿es raro? Va... No sé, se da así. Acá no hay “higiene”, ni “educación cívica y moral”, como allá. Para cuando vengas, ¡ojalá podamos ahorrar para mandarte un pasaje ida y vuelta y así me visitas!! Te voy a contar las cosas con lujo de detalles. En la visita te voy a mostrar los puentes y las construcciones de piedra. Podemos ir al lago Malares y a las islas del Báltico (Son como de postal, son como de un sueño...) Cada un ratito ves un puente. Otra característica del país, en Estocolmo, se dan los premio Nóbel de literatura. ¿Viste como esa gente que hace grandes descubrimientos?, pero esto es de literatura.
Me gustaría estudiar letras después en la Universidad, ¿a vos? Bueno todavía hay tiempo para elegir (como cinco años) Te sigo contando: algunos techos están pintados de rojo, otros de verde. Hay cúpulas y desde las ventanas siempre se ve el agua. Igual te digo me acuerdo del parque, lo tengo grabado en los ojos, ¿te acordás?, nos llevaban después del cole y después no fuimos más.

Esta ciudad es increíble, parece salida de los cuentos, pero te digo la verdad extraño la rayuela, el delenti ¿seguiste jugando? Y con Florentina, ¿seguis juntándote con ella? Ah, otra cosa, ¿seguis flaquita como siempre? En cambio yo este año es como si me hubiera puesto siliconas. Las lolas bailan hasta con el sostén más rígido. Y yo que quiero saltar a la rayuela, ¡nada que ver!

Bueno Pau te estoy hablando cualquier cosa. Nuestras cartas me hacen muchísimo bien. Son de las cosas más buenas que me pasan. Camilo y Roxana viven de otra manera. Sabes qué pasa, ellos son casi totalmente de acá. Cuando llegamos a Estocolmo ellos tenían un año (Roxana) Y Camilo es sueco sueco. Mis papás le cuentan pero es diferente. Hasta del fitito me acuerdo, mira que ¡recontra pavada!

¡Paulichi! Dale!! Escribí pronto! ¿Tenes novio? ¿O te gusta alguien? ¿Qué dan en la TV? ¿Qué lees? Ah!!! Ya te alcanzo con los trece.
¡Pauliiiiii! Hasta pronto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Pdta 1: Hay un grupo (creo que son la mayoría argentinos) que se juntan en la embajada para charlas sobre la situación de Argentina. A mi me interesa un montón pero solamente van mis viejos. Estoy a cargo de los “demonios” los jueves y parece que fuera no un día sino toda la semana.

Pdta 2: Una amiga de mi mamá: Helena, me regaló unos suecos espectaculares y realmente tradicionales –como el mate allá-.

Pdta 3: Un beso a tu abuela, a Tati, a Flor, a tus papás y a todos los que no conozco, ¿novios?

Pdta 4: Las letras de David Lebón están buenas. A mi viejo le gustaron.

Chaucito.

Eva *

* 13 años

Cuando San Pedro viajó en tren

de Liliana Bodoc   
(versión acortada para su narración por Adriana De Blasis)




Todo estaba listo para que el tren iniciara el largo viaje. Algunos pasajeros sonrieron, otros ocultaron lágrimas detrás de las manos que decían "adiós", "hasta pronto", "no te olvides de mi", "voy a volver cuando el trigo madure"; el silbato hablo su idioma y el tren partió...
Nicanor tenía 9 años y era su primer viaje, para Ofelia, su mamá, también.
Ofelia nació, creció, se enamoró y casó en ese pueblo. Después nació Nicanor. El pueblo se llamaba San Pedro. Un lugar pequeño y enorme al mismo tiempo. Pocas casas y muchos árboles, pocas calles y muchos arroyos, pocos autos y muchos pájaros. Un pueblo al que la dentadura de la gran ciudad le comía las orillas. Y le arrancaba pedazos enteros de tierra sembrada y florecida. San Pedro se cansó.
Entonces sus hombres y sus mujeres tuvieron que partir a buscar suerte en otros sitios.
Eso hizo el padre de Nicanor, llegó a la gran ciudad y encontró trabajo. Y quiso que Nicanor y Ofelia estuvieran a su lado.
Ofelia abrió la canasta con alimentos -vamos a comer y vamos a dormir- O dicho en otras palabras "No debemos llorar".
Cuando su madre se durmió, Nicanor miró para todos lados y empezó a caminar en dirección a la locomotora, y pensó - La locomotora es el lugar más alejado de San Pedro-.
Un tren es un túnel que avanza, un tren es siempre un misterio. Los otros pasajeros también dormían en su mayoría. 
Finalmente Nicanor llegó a la locomotora, el lugar prohibido para los pasajeros. Cuando el guarda le preguntó que hacía ahí, Nicanor explicó que se estaba alejando de San Pedro, que su madre estaba durmiendo para no llorar.
!Ah....!!Ah.....! El guarda acababa de entenderlo todo. 
Con razón el tren pesa demasiado y avanza lento - dijo. Y agregó- A veces viajan personas como vos y tu madre que llevan su pueblo entero como equipaje, y aunque el tren es fuerte no puede cargar con un río, campos sembrados, amaneceres, un sol y un cielo. Por que las personas como uds. llevan hasta el cielo de su pueblo. Aquel hombre tenía razón y pensó pedir disculpas por llevar tantas cosas en un tren. Antes el guarda le explicó, cada vez que vengas de visita te vas a ir  llevando menos cosas, un día dejan el amanecer, otro el rio o el sol, hasta que con el tiempo solo llevan la ropa de sus valijas. Nicanor supo que en esta ocasión el guarda se equivocaba.
Los años y los trenes siguieron pasando....y ahora Nicanor y su nieto eran los pasajeros del tren. Todo estaba listo para la partida "Adios" "Voy a volver cuando el trigo madure" El silbato hablo su idioma y el tren partió.
Muchas veces Nicanor y su nieto hicieron ese viaje ida y vuelta a San Pedro.
Los guardas protestaban siempre al verlos subir, porque entonces el tren se ponía pesado y avanzaba lento.
Es que Nicanor siempre se llevó consigo el pueblo entero. Con río, campos, amaneceres.
Con cielo y todo.
 



 
 

jueves, 26 de julio de 2012


             “LA SABIDURÍA DE TODOS”.  Relato de la tradición ashanti,  Africa.

En casi todas las culturas hay un tiempo mítico en el que se decidieron las carácterísticas del mundo, casi como lo conocemos hoy. En aquella lejana época,  los animales tenían forma humana.  Anansi, es araña y es  hombre,  protagonista de muchas de las historias del pueblo Ashanti_akan.
En este relato, su codicia no alcanza para evitar la buena intención de Nyam, el Creador, que la sabiduría sea  compartida entre todos los hombres.
                           Ana María Shua, compiladora.

         Nyame, el dios del Cielo, le entregó a Anansi, la araña, una olla con toda la sabiduría del mundo y con instrucciones muy precisas: tenía que  repartirlas equitativamente entre todos los hombres.
         En la olla estaba realmente todo lo que podían necesitar. Cómo convertir la leche en cuajada  y cómo llevarse bien con todos los vecinos , qué armas usar en la guerra y cuáles los ritos para atraerse la voluntad de los dioses;  las palabras adecuadas para saludar a un jefe y la destreza para tejer con fibra de palma.
         Conceptos, habilidades, conocimientos.
         Pero Anansi no tenía ganas de compartir semejante tesoro, y se lo guardó todo para sí. Para esconderlo mejor, decidió subir a lo más alto de un gran árbol, el más alto de la selva. Era dificilísmo trepar cargando sobre la espalda una olla tan pesada, y le estorbaba en el  brazo.
Su hijo Intikuna lo vió luchando por trepar lo más alto al árbol y se quedó mirándolo asombrado. Padre_ dio después de un rato_  podrías trepar más cómodo si llevaras la olla en la espalda.
         Cuando Anansi  escuchó consejo tan sensato, rugió de rabia.
         ¡Cómo es posible ¡ Un muchachito sabe más que yo que tengo  la olla del sabiduría. ¿ Para qué me sirve todo esto?_ Y en un ataque de furia tiró la olla de la sabiduría al piso. Estaba ya bastante alto. La olla se estrelló con gran estruendo y `pedacitos de sabiduría  volaron en todas direcciones. Imposible volver a reunirla.
         Durante mucho tiempo la gente encontró restos de sabiduría por aquí y por allá, en la tierra, sobre las hojas, en los hongos y en las lianas o mezclada  con el agua del río. Y por supuesto los recogían y se los llevaban a su casa.
         Es por esto que hoy no existe un hombre en el mundo que tenga toda la sabiduría. Todo el  mundo tiene un poco y cuando la gente se encuentra a conversar y a cambiar ideas comparten los unos con los otros el pedacito que les tocó.

lunes, 7 de mayo de 2012

Versión adaptada de “La historia de las preguntas”
Relatos del Viejo Antonio ( Escritos del Sub comandante Marcos)  CIACH. México. 2007

   Cuando los primeros dioses hicieron el mundo y todavía estaba dando vueltas  la noche, dos dioses llamados Ik’al y Votán se pusieron a hablar. Dos que eran uno sólo. Cuando se volteaba uno, se mostraba el otro, y volteándose el  otro  se mostraba el uno.
   Eran contrarios. Uno era luz, como mañana de mayo en el río. El otro oscuro, como noche de frío y cueva. Eran lo mismo. Eran uno los dos, pero el uno hacía al otro.
Pero no caminaban, quedando estaban sin moverse estos dos dioses que eran uno. ¿ Qué hacemos, pues ? Preguntaron.
“Está triste la vida así como estamos”, se decían tristeando..
“No pasa la noche”,  dijo Ik’al.
“No pasa el día”,  dijo el Votán.
“Caminemos”-, dijo el uno que  dos era.
“¿Y cómo ?”  preguntó el otro
“¿Para dónde? “preguntó el uno.
Y al preguntar  ¿cómo?, vieron que se movieron un tantito así, y luego otro más al preguntar ¿dónde?.
   Contento se uso el uno que era dos cuando vio que se movían. Quisieron los dos moverse al mismo  tiempo pero  no pudieron ¿ cómo hacemos,  pues?
Y se asomaba uno primero y luego  el otro y se movieron un poquito más y se dieron cuenta que se hacía primero uno y otro después , entonces sí se movían , y  se pusieron de acuerdo que,  para moverse primero se mueve el uno y luego se mueve el otro. Y empezaron a moverse. Y ya nadie se acuerda qué primero se movió para empezar a moverse por que estaban tan contentos que ya se movían y ¡¡¿ qué importa quién fue primero si ya nos estamos moviendo ¡! ? decían  los dioses que uno mismo eran. Mientras se reían sacaron el primer acuerdo  que fue  hacer baile. Y se bailaron, un pasito el uno, un pasito el otro y tanto se demoraron en el baile por lo contentos que estaban de haberse encontrado.
Cuando se cansaron de tanto baile sacaron la primera pregunta ¿ cómo moverse ? y trajo la respuesta de “juntos pero separados de acuerdo”. Pero esa pregunta  mucho no les importó porque cuando se dieron cuenta, ya estaban moviéndose y entonces se vino la otra pregunta cuando descubrieron que había dos caminos: uno era muy cortito que ahí nomás llegaba y se veía cerquita donde terminaba. Y era tanto el gusto que tenían por caminar que acordaron en tomar el camino largo.
Elegir el camino largo les trajo otra pregunta ¿ adónde lleva este camino? Tardaron en pensar la respuesta los dos que era uno. De pronto se dieron cuenta que sólo si caminaban el camino largo iban a saber dónde llevaba. T entonces se dijeron el uno que dos era: “Pues vamos a caminarlo” Pero ahí nomás se preguntaron “ ¿cómo haremos para caminar mucho tiempo? ” , se quedaron pensando. Y al rato Ik’al dijo clarito que el no sabía caminar de día y Votan que él de noche tenía miedo de caminar. Y así quedaron llorando un buen rato. Recién cuando terminó la chilladera se pusieron de acuerdo y vio  Ik’al que bien podía caminar de noche y Votan que él podía durante el día.
     Desde entonces los dioses caminan con preguntas y no paran nunca, nunca se llegan y se van nunca.   Y entonces así aprendieron los hombres y mujeres verdaderos que las peguntas sirven para caminar, no para quedarse parados así nomás. Y desde entonces los hombres y mujeres verdaderos para caminar preguntan, para llegar se despiden y para irse saludan. Nunca se quedan quietos.